Llegando a las proximidades de la laguna, ya en la provincia de Zaragoza, empezaron a verse grupos bastante numerosos de grullas alimentándose en los sembrados y rastrojos.
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grandes grupos de grullas se alimentan durante el día en los campos cercanos a la laguna de Gallocanta
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También se dejaron ver algunas rapaces ligadas a los medios agrícolas, como varios esmerejones, un elegante macho de aguilucho pálido, un mochuelo y la sorpresa de la mañana… una pareja de águilas reales posadas en un gran majano; se trataba de dos ejemplares adultos (presumiblemente macho y hembra), de color oscuro y con un hermoso plumaje dorado en la cabeza…
-Ya en la laguna de Gallocanta varios grupos de grullas descansaban todavía en las orillas. En el centro de la laguna se agrupaban un gran número de anátidas, difíciles de identificar dada la lejanía… No obstante, desde el observatorio elevado de “la reguera”, se pudieron distinguir ánade real, ánade rabudo, ánade silbón, ánade friso, pato cuchara, tarro blanco, porrón europeo, cerceta común, etc.; también alguna agachadiza común, rascón, escribanos palustres y grandes bandos mixtos de fringílidos formados por pardillos, jilgueros, verderones, pinzones, etc.
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panorámica de la laguna de Gallocanta; un gran número de grullas descansa en la orilla; al fondo el pueblo de Berrueco
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Después de una vuelta completa a la laguna y visita al centro de interpretación llegó la “hora h”… Al anochecer las grullas regresan desde los campos aledaños (donde han pasado el día alimentándose) a la laguna (donde pasan la noche agrupadas)… en apenas una hora miles de grullas (en estos días habían censado más de 11.000) sobrevuelan la zona, recortando sus siluetas contra un cielo pintado de rojos y morados y emitiendo su característico trompeteo… gru, gru, gru… que te envuelve por todas partes…
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un grupo de grullas regresa al dormidero al anochecer
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A la mañana siguiente la operación inversa… ver la salida de las grullas al amanecer... La noche había estado rasa, dejando una helada de las buenas (otra vez -8ºC) que vestía todos los campos de blanco… Con las primeras luces del alba, antes de salir el sol, las grullas empezaron a despertarse y, después de una algarabía general (gru, gru, gru…), comenzaron a salir en grupos abandonando la laguna…
"pájaros" y pajareros se daban cita a primera hora de la mañana
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poco a poco las grullas iban abandonando el dormidero
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Como colofón, el sol comenzó a asomarse por detrás de la sierra, dejando un amanecer espectacular…
-primeros rayos de luz de un amanecer gélido en Gallocanta
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El plan para el resto del día era hacer una pequeña ruta por el barranco del río Piedra. De camino aprovechamos para pajarear un rato por las campiñas y páramos de la zona… una vez más esmerejones y aguiluchos, pálidos y laguneros, sobrevolaban los campos en busca de alimento; algo muy interesante fue ver un numeroso bando de ortegas (40-50) que alzaron el vuelo a nuestro paso… y cuatro corzos con su típico pelaje gris de invierno, que les hace parecer mucho más grandes, y que pudimos ver muy cerca…
-Ya cerca del río Piedra, en unas laderas pedregosas salpicadas de enebros y sabinas, los zorzales campaban a sus anchas (se dejaron ver el común, el charlo y el real); también escribanos montesinos y alguna tarabilla. Por último, las paredes del barranco guardaban las últimas sorpresas de la excursión: buitres leonados, cornejas y chovas piquirrojas se dejaban ver con facilidad, no así el treparriscos (“el pájaro mariposa”), uno de los “objetivos” que “perseguíamos” en esta zona y que finalmente conseguimos localizar, aunque alguno se quedó sin verlo… jejeje… Un lustroso macho de halcón peregrino posado en su atalaya nos regaló un último momento pajaril antes de emprender la vuelta a casa…
-de ruta por el barranco del río Piedra
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foto de grupo en el río Piedra: Almudena, Javi, Miguel L., Belén, Miguel H., Paquillo, Hugo y Vicky
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* puede consultarse la lista de especies observadas en los comentarios de esta misma entrada