lunes, 14 de diciembre de 2009

Viaje a Santoña con SEO-Monticola

Pues sí, ya llevábamos tiempo queriendo subir al Cantábrico en invierno, y la excursión a Santoña organizada por los compañeros de SEO-Monticola fue la oportunidad perfecta. Tres canteranos del Grupo de Anillamiento Aegithalos (Marco, Javi y Miguel H.) nos apuntamos a la excursión, que resultó todo un éxito…
Los días previos a la excursión las previsiones del tiempo no eran muy alentadoras, ya que pronosticaban alta probabilidad de lluvia para todos los días; no obstante, el sábado partimos para Cantabria, tal y como estaba previsto.
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Sábado 5 de diembre
Tras un importante madrugón, y tras salvar algunos puertos de carreteras estrechas y tortuosas (sobre todo para un autobús), al mediodía del sábado llegamos al Parque Natural de los Collados del Asón, donde pudimos disfrutar de los maravillosos paisajes que ofrece este rincón de la montaña oriental de Cantabria. Aquí nace el río Asón, cuyas aguas, después de recorrer un entramado complejo kárstico, afloran a la superficie a través de una oquedad colgada de una imponente pared vertical, formando la espectacular Cascada de Cailagua. En los collados de estas sierras orientales existen extensos pastizales en los que pudimos ver, entre otros, bisbita común (Anthus pratensis) y bisbita ribereño alpino (Anthus spinoletta). En esta época las horas de luz son pocas, por lo que tras una visita al centro de interpretación del parque y paseo por la zona, partimos ya hacia Santoña, en la costa.
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Cascada de Cailagua (nacimiento del Río Asón), en la Montaña Oriental de Cantabria
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Domingo 6 de diciembre
En la madrugada del domingo el aire era fuerte y el oleaje importante, incluso dentro de la propia ría; sin embargo a lo largo del día la cosa se fue calmando y pudimos disfrutar de una primera jornada perfecta. Al amanecer partimos hacia las inmediaciones de Bárcena de Cicero, a orillas de la ría de Santoña. Las primeras horas fueron un curso intensivo de limícolas en el que aprendimos mucho, sobre todo los que somos de tierra a dentro, a quienes se nos suele resistir este grupo de aves que no acostumbramos a ver, y ya de por sí difíciles de identificar, sobre todo con plumaje de invierno. Disfrutamos de los impresionantes bandos de correlimos, la mayoría comunes (Calidris alpina), pero también algún tridáctilo (C. alba) y gordo (C. canutus), que cual “estorninos de mar” formaban grandes nubes sobre las marismas. A medida que bajaba la marea las anátidas como los ánades silbones (Anas penelope), rabudos (A. acuta), frisos (A. strepera), etc. iban retrocediendo con la lámina de agua, dejando sitio a correlimos, chorlitos grises (Pluvialis squatarola), zarapitos reales (Numenius arquata) y trinadores (N. phaeopus), etc. que iban ocupando la zona intermareal en busca de alimento. También vimos un grupo de ánsares (Anser sp.) volando en formación, llegando de su migración y entrando desde la costa cantábrica hacia el interior.
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Bandos de limícolas en las Marismas de Santoña; al fondo el Monasterior de Montehano
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Más tarde nos acercamos a los diques del Monasterio de Montehano, donde un confiado juvenil de colimbo grande (Gavia immer) nos acompañó durante un buen rato, afanado en sus continuas zambullidas en busca de alimento y sin preocuparle demasiado nuestra presencia. Desde allí vimos zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) y cuellirojo (Podiceps auritus), además de distintas ardeidas como la garceta común (Egretta garzeta) o la garceta grande (Egretta alba), y un grupo de espátulas alimentándose (Platalea leucorodia). Cerca de allí, en la Ría de Escalante, se dejaron ver un grupo de ánsares comunes (Anser anser) pastando en unos prados, entre los que también se encontraba algún ánsar careto (A. albifrons) y una barnacla cariblanca (Branta leucopsis).
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Juvenil de colimbo grande (Gavia immer)
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zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)
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Ya por la tarde una ruta por el Monte Buciero con visita al Faro del Caballo, desde donde vimos un alca (Alca torda), zambulléndose entre el fuerte oleaje justo al borde los acantilados.
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Lunes 7 de diciembre
Para el lunes por la mañana estaba programada la actividad que, quizá, había generado mayor expectación: viaje en barco para avistamiento de aves marinas.
La mañana se levantó gris y con algo de llovizna, y a la llegada al puerto de Santander la espuma blanca en la entrada de la bahía evidenciaba un fuerte oleaje en el mar. No obstante, ataviados con chubasqueros, bajo los efectos narcóticos de la biodramina (salvo algunos valientes) y provistos de un buen barreño de “chum” (mezcla de pescado, aceite y pan para atraer a aves marinas) embarcamos en la goleta Cantabria Infinita. A bordo de la goleta surcamos la bahía hacia su salida al mar, pero poco a poco el oleaje provocado por una mar de fondo era cada vez mayor y el capitán decidió virar bahía a dentro justo frente a la Isla de Mouro.
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Isla de Mouro en una mañana de lluvia con mar de fondo
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grupo en la proa de la goleta
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Tan pronto se empezó a arrojar el “chum” por la borda del barco empezaron a llegar las gaviotas, que pronto formaron una estela blanca tras el barco, entre las que se encontraban patiamarillas (Larus cachinnans), sombrías (L. fuscus), reidoras (L. ridibundus), cabecinegras (L. melanocephalus) y una gaviota enana (L. minutus) que, al contrario que otros compañeros, no tuvimos la suerte de llegar a ver. Entre la marabunta y jaleosa nube de gaviotas apareció una imponente y estilizada silueta blanca de gran envergadura que volaba alto planeando de forma majestuosa entre el vuelo anárquico de las gaviotas… ¡¡¡alcatraz!!! (Morus bassanus); nos acompañó durante un buen rato haciendo varias pasadas a escasos metros de la popa y regalándonos algunos lances en picado, cual proyectil alado, típicos de estas aves al pescar… Poco después, una pequeña silueta negra que volaba a ras de agua y se acercaba desde lo lejos cabalgando sobre las olas pronto llamó la atención de los más avisados… al poco se oyó ¡¡¡pardela balear!!! (Puffinus mauretanicus); también se acercó a nosotros, valiente, dando buena cuenta del “chum” entre las grandes y numerosas gaviotas que casi la doblaban en tamaño y aún más en número.
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gaviotas reidora (Larus ridibundus) y sombría (Larus fuscus)
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alcatraz adulto (Morus bassanus)
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pardela balear (Puffinus mauretanicus) aproximándose a la embarcación

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Tras la inolvidable experiencia, fuimos a la zona de Astillero, en cuyas marismas pudimos observar casi todas las anátidas típicas y propias de la península, además de una barnacla carinegra (Branta bernicla) y un ¡¡¡porrón osculado!!! (Bucephala clangula).

Ya por la tarde nos acercamos a la zona de Pedreña, donde descansaban un grupo de cisnes vulgares (Cygnus olor) y desde donde también vimos un grupo de eíderes (Somateria mollissima), dos machos y tres hembras, y una serreta mediana (Mergus serrator).
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Martes 8 de diciembre
El último día por la mañana nos dirigimos al Cabo de Ajo, un privilegiado punto de observación desde donde se pudo observar el paso de algunas aves marinas, principalmente cormoranes, alcatraces y algún tren de álcidos. También disfrutamos de la fuerza del mar rompiendo contra los imponentes acantilados, que escupían de nuevo el agua entre grietas y bufones.


Cabo de Ajo
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Ya de vuelta a Madrid, se hizo una parada en Valdelateja (Burgos), desde cuya ermita, en lo alto de un cerro testigo calizo pudimos divisar las hoces del río Ebro en su curso alto, surcadas por buitres leonados (Gyps fulvus).
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Ermita de Valdelateja, en las hoces del Ebro
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En definitiva, un viaje para recordad, perfecto y que cumplió con creces las expectativas. Por último agradecer a los compañeros de SEO-Monticola su disposición, un viaje muuuy currao… ¡¡¡sin duda lo recomendaremos!!!
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*la lista de especies está disponible en los comentarios de esta misma entrada

8 comentarios:

  1. Cisne vulgar
    Ánsar careto grande
    Ánsar común
    Barnacla cariblanca
    Barnacla carinegra
    Tarro blanco
    Silbón europeo
    Ánade friso
    Cerceta común
    Ánade azulón
    Ánade rabudo
    Cuchara común
    Porrón europeo
    Porrón moñudo
    Eider común
    Negrón común
    Porrón osculado
    Serreta mediana
    Colimbo chico
    Colimbo grande
    Zampullín común
    Somormujo lavanco
    Zampullín cuellirojo
    Zampullín cuellinegro
    Pardela balear
    Alcatraz atlántico
    Cormorán grande
    Cormorán muñudo
    Garcilla bueyera
    Garceta común
    Garceta grande
    Garza real
    Espátula común
    Milano real
    Buitre leonado
    Aguilucho lagunero
    Azor común
    Gavilán común
    Busardo ratonero
    Cernícalo vulgar
    Halcón peregrino
    Rascón europeo
    Gallineta común
    Focha común
    Ostrero euroasiático
    Chorlitejo grande
    Chorlito gris
    Avefría europea
    Correlimos gordo
    Correlimos tridáctilo
    Correlimos común
    Agachadiza común
    Aguja colinegra
    Aguja colipinta
    Zarapito trinador
    Zarapito real
    Archibebe común
    Archibebe claro
    Andarríos chico *
    Vuelvepiedras común *
    Gaviota cabecinegra
    Gaviota enana *
    Gaviota reidora
    Gaviota sombría
    Gaviota argéntea
    Gaviota patiamarilla
    Gavión atlántico
    Charrán patinegro
    Alca común
    Paloma bravía
    Paloma torcaz
    Tórtola turca
    Martín pescador
    Pico picapinos
    Bisbita pratense
    Bisbita alpino
    Lavandera blanca
    Mirlo acuático europeo
    Chochín común
    Petirrojo europeo
    Tarabilla común
    Mirlo común
    Ruiseñor bastardo
    Curruca capirotada
    Mosquitero común
    Reyezuelo sencillo
    Reyezuelo listado
    Mito
    Herrerillo común
    Carbonero común
    Trepador azul
    Agateador común
    Arrendajo
    Urraca
    Chova piquirroja
    Corneja común
    Cuervo
    Estornino pinto
    Estornino negro
    Gorrión común
    Pinzón vulgar
    Jilguero
    Escribano montesino

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  2. Buenísima la crónica así como las fotos... Felicidades Miguel.

    Del viaje destaco el lugar, el increíble número de especies visto (u oído), la compañía y el chocolate negro que nos metimos entre pecho y espalda... ¿Próximo destino?

    Un saludo.

    Marco

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  3. Joe, el chocalate siempre como una de tus prioridades, jajajajaja!!!...
    Pues sí, habrá que ir pensando en el próximo destino... y a ver si para la próxima podemos juntamos más, que se echó de menos a más de uno/a...
    Un saludo
    Miguel

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  4. Muy buenas,

    Soy Bea, del grupo SEO-Monticola. Me he encontrado trasteando en google esta entrada de vuestro blog, y me ha alegrado mucho que disfrutarais del viaje y que publicariais una entrada sobre él. Espero veros en próximas excursiones.

    Un saludo.

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  5. Buenas gente!

    Soy Álvaro, el monitor pesao, jeje. Muy chula la crónica, me alegro de que disfrutaseis con el viaje. Am, que se me olvida, ¿quien vio la gaviota enana? No sabía que se hubiera visto, a mí con el reparto de chum se me escapó, snif.

    Salud!

    Álvaro

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  6. Hola compañeros,
    La verdad es que el viaje fue muy chulo.
    Pues no me acuerdo quien cantó la gaviota enana; no se, quizá fue un vacilede alguien y con la emción del momento... jejeje...
    Un saludo y espero que nos veamos en otra excursion.
    Miguel

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  7. hi!!

    Ok entonces, es que no me sonaba nada y se me hacía raro que se nos escapara escuchar las voces de "gaviota enana". Por cierto, en la foto de gaviotas, la primera, sale una sombría, no es patiamarilla, fijaos que por debajo tiene secundarias muy oscuras, el manos es bien oscuro y tiene capucha dibujada por un fino moteado.

    Alvaro

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  8. Ok, gracias por la aclaración de la gaviota Álvaro... la verdad es que la sombría subsp. graellsii que tenemos por estos lares es díficil de distinguir de la patiamarilla, sobre todo para los que somos de tierra a dentro... aunque con un poco de ayuda se ve todo mejor...
    Un saludo
    Miguel

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